Las tecnologías de Internet, ahora complementadas con muchas otras tecnologías digitales,  irrumpieron en todos los ámbitos tanto personales como profesionales, y seguirán gestando grandes cambios, cambios radicales que nos obligan a repensar la forma en que hacemos las cosas.

Los últimos años han sido muy movidos en términos de aplicación de tecnología y generación de nuevas tecnologías, lleno de conclusiones en iniciativas que venían gestándose, unas hace unos años ya, y otras apenas vislumbradas recientemente.

Las ventajas que teníamos los países «en vías de desarrollo» para mirar tecnologías en otros países y usar el tiempo que demoraba en llegar para analizar cómo las usaríamos, ya no se tienen.



Hoy las tecnologías y sus novedades están presentes en todos los países, indistinto de poder económico. Adicionalmente, no se han visto efectos de las diferentes crisis económicas que han sucedido en varias zonas del mundo sobre los proyectos de tecnología informática y sus aplicaciones.

Ya se terminó de desarrollar y está madura la tecnología para obtener un  servicio conectado a través de un dispositivo móvil. La pantalla se hizo lo suficientemente grande para poderla ver, se agregaron funciones para manejarlo con el dedo, en vez de un «palito», se utilizan tecnologías de visores de Internet, y no de acceso vía celular como WAP, permitiendo mayor flexibilidad, y las capacidades tecnológicas de los dispositivos en cuanto a almacenamiento y funciones son más de lo que se necesita: desde hablar por teléfono hasta tomar fotos, conectarse a Internet y participar en redes sociales.



Los que iniciamos con el tema de Internet nos conectamos escasamente a 2400bps, por módem, y realmente nos conectábamos a «nada». No había nada a que conectarse. Hoy la conexión es mayor de 4.0MB, en forma inalámbrica, y fuera de eso hay disponibilidad de la información que se requiera en Internet. La mayoría de los usuarios de Internet en el mundo no conocerán las conexiones por módem ni decodificadores de empresas de cable; su conexión a la Internet será vía inalámbrica, a través de las redes celulares u otra tecnología que se desarrolle para reemplazarla en el cercano futuro.



La industria de la música terminó su giro y volvió al punto de partida. Iniciamos con música en dispositivos no móviles, como el equipo de sonido en nuestras casas o vehículos. Pasamos a aplicar la tecnología MP3 de compresión para poder tener más música en el mismo espacio. Los equipos de sonido reproducen MP3 y también salen los reproductores móviles, desde un pequeño reproductor, hasta los sofisticados iPod y similares.

Ahora la tendencia es volver al equipo de sonido de la casa, pero para conectar ahí el dispositivo móvil que ya no opera solo como reproductor sino como almacenamiento dada su amplia capacidad.  Adicional a los dispositivos, la música por Internet dentro de servicios que se conocen como «streaming» es hoy el vehículo no solo para transmitirla sino para reproducirla, teniendo a disposición millones de piezas musicales por sumas inferiores a los cinco o diez dolares mensuales.



La educación está también sufriendo unos cambios radicales. La disposición de las personas para estar presencialmente durante un número de horas fijas atendiendo un seminario o un postgrado ya no es la misma que antes. Empiezan a verse amplias preferencias no solo por los medios virtuales de aprendizaje, sino por la flexibilidad horaria y multiplicidad de medios de contacto que brindan estas plataformas.

Sigue siendo todavía más benéfico para el alumno que para el profesor desde el punto de vista de cambiar la atención grupal por atención personalizada, y le requerimiento de estar «disponible» las 24 horas del día, situación que en el mundo físico se resuelve con «horas de oficina». Sin embargo avanza a pasos agigantados tanto la docencia con medios virtuales, como el aprovechamiento de las tecnologías de Internet para hacer docencia en grupos multiculturales y dispersos por el mundo, atención imposible de hacer en el esquema físico.  Se suman los cursos masivos en linea, que permiten atender miles de personas de manera simultánea en el mismo curso, rompiendo por completo las barreras que un aula física pudiera imponer.



La industria del entretenimiento no se queda atrás. Las películas y la televisión se pueden asimilar al mismo esquema que transitó la música, solo que debió esperar unos meses para que las técnicas de compresión y almacenamiento pudieran albergar mayor cantidad de información, tema resuelto ya con creces.

Ahora los televisores traen incorporado la «grabadora» que permite grabar varios programas en forma simultánea para luego poderlos apreciar; están conectados a Internet para acceder directamente a fuentes de vídeo como Ted, YouTube o Netflix sin tener que utilizar un dispositivo adicional para ver el contenido.  La tendencia más reciente presenta estos proveedores de medios de conexión, como Netflix, distribuyendo contenidos de terceros, a producir sus propias series y contenidos convirtiéndose en no solo transmisores, sino también productores.

Y así pudiéramos seguir por varios párrafos más. El mensaje es claro: las tecnologías de Internet irrumpieron en todos los ámbitos tanto personales como profesionales, como lo están haciendo Uber en el transporte y AirBnB para el alojamiento, y seguirán gestando grandes cambios, cambios radicales que nos obligan a repensar la forma en que hacemos las cosas. ¿Qué está haciendo usted y/o su empresa para aprovechar estos cambios?

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