Cambiar o morir, parecería ser la frase de “moda” los últimos meses, pero realmente ha sido un principio de siempre en la administración empresarial.

La gran diferencia que tenemos ahora es la exigencia de que sea rápido, disruptora, y que genere nuevas líneas de negocio en tiempo récord, para evitar quedar por fuera del mundo empresarial o aplastado por las aplanadoras de innovación de la competencia.

A esto se le suma la cantidad enorme de tecnologías emergentes, algunas con mucho futuro y otras con un futuro no entendido, porque de seguro, como todas las innovaciones, todas comienzan con una “idea loca” que muy pocos entienden.



Hoy se exige a los gerentes de tecnología que lideren procesos de innovación, sin mucha más instrucción que “marque el camino para el futuro…” de los productos, del negocio. Tanto así que pasamos del “Chief Information Officer” al “Chief Innovation Officer”, de Gerente de Informática a Gerente de Innovación.

Si ponemos las tendencias en innovación en los últimos años en una línea de tiempo, tendríamos que para finales de la primera década del siglo, era una necesidad marcada la innovación. Del 2010 al 2014 se quiso crear una cultura de innovación llegando a finales del año pasado a una decepción importante por no haber logrado suficientes ideas de transformación y poco enfoque en el seguimiento. Se espera que para el promedio de la década siguiente tengamos claro como se aplica la ciencia de la innovación y esté incorporada en todas las prácticas del negocio y su administración.

Una de las herramientas más efectivas para incentivar la innovación es buscar respuestas a preguntas puntuales como:

  • ¿Quién es mi cliente? ¿Lo hemos segmentado? ¿Puedo crear nuevos segmentos de cliente? ¿Qué cliente debo capturar en los próximos años?
  • ¿Qué mezcla de atributos de valor compra el cliente del tipo de productos y servicios que mi compañía brinda? ¿Cómo califica nuestra compañía contra estos atributos de valor?
  • ¿A través de qué medio mi cliente toma conocimiento y decide sobre mis productos y servicios?



En consecuencia, el gerente de innovación deberá tener habilidades específicas para poder aprovechar este tipo de preguntas. Estas habilidades incluyen una visión para establecer cómo puede hacer su compañía más competitiva a partir de TI y no con el soporte de TI. Deberá acostumbrarse a usar el proceso de innovación como algo del día a día y tiene capacidades para hablar con todos sus colegas en lenguajes comunes, ya sea mercadeo, finanzas, operaciones, ventas, etc.

Durante nuestros talleres utilizamos dos ejemplos, uno de aplicación de tecnología y otro de “mirada desde el otro lado”, para mostrar el impacto de estos conceptos innovadores.

Imaginemos una empresa de seguros de vehículos que pueda medir el riesgo, no solo haciendo análisis de la información de reclamos, sino también uniendo esto con la información de los GPS de donde suceden los accidentes, sitios de reparación, registros de la policía y hasta el diagnóstico de los computadores internos de los vehículos. Eventualmente podrían ofrecer un seguro de accidentes que cubre al vehículo solo cuando está fuera del garaje! No hace mucho sentido hoy pagar por seguro de accidentes cuando el carro está estacionado en nuestro garaje.



Todos esperamos que la batería de nuestro celular dure y dure y dure lo más que se pueda en el tiempo para garantizar que podemos utilizar el dispositivo el mayor número de horas posible. Muchos esfuerzos de innovación en baterías se enfocan en alargar la vida de cada carga. ¿Qué pasaría si encontráramos una batería que se carga completamente en cuestión de segundos o un par de minutos? Aquí estamos mirando el problema desde el otro lado. No necesitamos que la carga sea infinita sino que tengamos carga. Y si podemos cargar una batería en cuestión de segundos, no importa mucho si la carga de la batería dura 10 horas o 15 horas.

Está claro entonces que hay mucho por donde innovar. Lo que debe quedar claro además es el apetito por el riesgo. No todas las innovaciones, es más, muchas de las innovaciones e ideas no prosperarán. Para innovar se debe fracasar en muchos intentos. Lo que busca la gerencia es que estos fracasos sean rápidos en el tiempo y cuesten muy poco, por lo que el proceso de innovación deberá ajustarse para darnos alertas tempranas sobre el éxito de la idea que estamos abordando. Si no va a prosperar, atacar la siguiente idea! Pero más claro aún debe quedar que sin innovación no podemos evolucionar.



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