Muchas tecnologías digitales, muchos beneficios, pero se requiere un orden para iniciar su aplicación y explotación, para no tener una serie de frustraciones sino de éxitos.

Está claramente demostrado en múltiples estudios que la inversión en tecnología digital genera mayor productividad en las empresas y les eleva el nivel de competitividad. A pesar de estos efectos, muy pocas empresas están aprovechando esta oportunidad de impactar su negocio con la aplicación de tecnologías existentes y emergentes.

Es importante aquí reiterar nuestros reparos a estos estudios, que solo miden la inversión en las tecnologías que requieren inversión, y no tienen en cuenta la adopción de herramientas que no tienen costo, y que por ende se hace difícil su medición y correlación en cuanto al impacto en productividad y competitividad.  



Pero podemos extrapolar sin temor a equivocarnos, que si invirtiendo dinero en las tecnologías se obtiene mayor productividad y competitividad, no es por la inversión sino por la aplicación de las tecnologías. Este mismo resultado se podría obtener con la aplicación de tecnologías sin tener que incurrir en costos para hacerlo. En pocas palabras, no es necesario gastar mucho dinero para obtener los resultados. Tampoco implica que sea gratuito del todo, pero los resultados justifican con creces cualquier inversión.

Las tecnologías digitales impactan de la siguiente manera en la productividad empresarial:

  • Permiten aumentar las Ventas
  • Disminuir los costos
  • Mejorar la rentabilidad
  • Impactan sobre la satisfacción de clientes y proveedores y su fidelidad
  • Hacen mas eficientes las estructuras organizacionales
  • Facilitan el entrenamiento del personal
  • Mejoran la comunicación al interior de la empresa
  • Mejoran la comunicación con clientes, proveedores, gobierno y otros aliados
  • Y un largo etcétera

Para lograr estos resultados es necesario hacerlo en orden. Es decir, aplicar tecnología por aplicarla no tiene sentido, y menos cuando se hace en «desorden».



Indispensable como paso inicial, revisar que ya tiene lo básico implementado, es decir, lo que le permita atender sus requerimientos transaccionales de la contabilidad, los inventarios, la nomina, las cuentas por cobrar, la producción y en general todo lo que se requiera para el registro de los movimientos en la empresa.  Es decir, todo el esquema transaccional básico de la empresa debe estar resuelto. Si no ha resuelto estas necesidades, no tiene sentido que siga adelante. Estas necesidades son las básicas y las que le permitirán poder dedicarse a lo que realmente le importa a su cliente: agregar valor.

Tenga en cuenta que con los avances en la tecnología, las «necesidades básicas» van en aumento también. Hace unos años no se pensaba en generar rutas de transporte optimizadas. Hoy cualquier sistema de transporte requiere ofrecer esta funcionalidad.  

Es fácil ponerse al día, con múltiples alternativas desde sin costo, hasta muy costosas para instalar en su empresa. También hay múltiples alternativas para contratar el servicio. Este no es su negocio, tercerice la obtención de información transaccional, para estar listo para sacarle jugo a la información y avanzar en los temas de sistemas informacionales y estratégicos.

Una vez resuelto el tema transaccional, se puede atender entonces otros frentes como el manejo del conocimiento, el trabajo colaborativo, la aplicación en las relaciones con los clientes, y la optimizan de la cadena de suministro.  Hasta aquí terminaríamos la integración de la información para ser procesada y atender interacciones con socios de negocios y clientes.  Pero el desarrollo de la tecnología digital no para, y su aplicación tampoco.

Ya vemos aplicaciones de estas tecnologías para el mejoramiento de los productos y servicios que la empresa ofrece, a través de digitalización del mismo, o la información acerca del producto.  La automatización de procesos por robots físicos o lógicos, y facilitar el viaje del cliente haciendo que su interacción con la empresa sea lo más fácil y flexible posible mediante la aplicación de estas tecnologías.



Debemos si dejar claro, que abordar la aplicación de tecnologías a productos, procesos y clientes, sin antes tener resuelto el tema transaccional, y hasta el de infraestructura, más que generar beneficios, generaría tropiezos a las relaciones ya establecidas.  Por eso se debe ser muy cuidadoso en el ordenamiento de los proyectos.

No se quede atrás, y si está al día, no se deje rezagar. Haga de la aplicación de las tecnologías digitales una prioridad para aprovechar los resultados de productividad, competitividad y hasta de supervivencia, tan necesarios hoy! La planeación estratégica de tecnología informática le permite identificar qué tecnologías debería implementar, priorizar los proyectos y garantizar un alineamiento con el logro de los objetivos del negocio.  ¿Cuál es su excusa para no hacerlo?

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